Pero yo creo que los problemas afectan de una manera muy diferente dependiendo de cómo los afrontemos. No es igual reaccionar ante un problema quedándote tirado en casa esperando a que se solucione solo, que tener fuerza mental y actitud para que todo vaya lo mejor posible.
Al principio, coger un problema con tristeza y pocas fuerzas es totalmente lógico, pero si conforme van pasando los días intentamos que los problemas no nos superen de la misma forma, estos se irán mucho más rápido o por lo menos no nos quitarán las ganas de todo.
Porque, ¿cuánta gente hay con problemas mucho peores que los nuestros? No nos podemos rendir a la primera de cambio por algo malo que nos pase, tenemos que fijarnos en las cosas positivas que tengamos en nuestra vida, por mínimas que sean.
Nosotros tenemos las herramientas y la fuerza para superar cualquier cosa; y si algo te duele, piensa que aunque el dolor es pasajero y que el tiempo todo lo cura, si no hacemos por levantarnos cada día con una sonrisa y con ganas de comernos el mundo, el problema y el dolor tardarán mucho más en desaparecer.
Creo además que otra manera de superar un problema y afrontarlo de la mejor manera posible es saber qué importancia tiene en tu vida, si de verdad es relevante o no.
Hundirse es muy fácil, pero no hacerlo te convierte en alguien invencible.
See you, Ol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario