viernes, 22 de abril de 2016

Debilidades.

 Apuesto a que cada persona tiene una debilidad en su vida. 
 Apuesto a que tú ahora mismo estás pensando en esa debilidad. 
 Esas debilidades que nunca son buenas, porque nunca lo son, no nos engañemos; pero que es imposible hacerlas desaparecer de nuestras vidas. Hay muchos tipos de debilidades, pero siempre te llevan por el mal camino, sea la pizza, sean personas que no son buenas o sea el chocolate, pero están ahí. 
 ¿Por qué existen? Todo en esta vida sería mucho más fácil si esas debilidades no estuvieran detrás de la oreja siempre que tienes que tomar una decisión, porque no te puedes resistir a ellas aunque luches por evitar que hagan acto de presencia. Es superior a nosotros, y la excusa que ponemos es que es nuestra debilidad. ¿Y qué? Algún día tendremos que aprender que esas debilidades solo son piedras en el camino y que si pasáramos por encima de ellas, todo podría ser mucho más fácil. 
 Somos conscientes de que hay siempre una opción mejor para nosotros e incluso nos facilitaría mucho las cosas; pero nosotros, que por naturaleza siempre nos vamos a lo difícil, a lo que nos va a hacer más daño, siempre siempre siempre elegimos la otra opción, nuestra debilidad. 
 Pero ahora que te has dado cuenta de que tu debilidad existe, y no lo puedes evitar, párate a pensar un minuto. ¿Es bueno para ti? ¿Eres feliz? ¿Te gustaría tomar otra decisión diferente pero eres incapaz porque tu debilidad no te deja avanzar? 
 Reflexiona acerca de estas preguntas que todos nos deberíamos plantear en ciertos momentos de nuestras vidas, y que si nos quisiéramos un poquito solo a nosotros mismos, nos tendrían que permitir dejar esas debilidades de lado, saltar esa piedra, y seguir hacia delante. 



                                                                                                          See you, Ol. 
 

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